Ante el aumento de las temperaturas y las precipitaciones que favorecen la proliferación de mosquitos, así como la circulación del virus del dengue en varias regiones del país y en naciones vecinas, el Ministerio de Salud de la Nación alertó sobre la necesidad de intensificar las medidas de prevención y protección contra las enfermedades transmitidas por el mosquito Aedes aegypti.
Actualmente, hay una circulación activa del virus del dengue en varias jurisdicciones del país y en países limítrofes. Las condiciones climáticas actuales, con altas temperaturas y lluvias copiosas, son ideales para la multiplicación de los mosquitos. Además, el movimiento de personas durante las celebraciones de fin de año aumenta el riesgo de propagar el virus a nuevas áreas, iniciando nuevos ciclos de transmisión en lugares donde el virus no estaba presente anteriormente.
Esta mañana, en Capital y en provincia de Buenos Aires, los vecinos notaron una invasión de mosquitos. La mayor presencia de estos insectos no pasa desapercibida en un año en que se registró la peor epidemia de dengue, la infección que es transmitida por la especie de mosquitos Aedes Aegypti.
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“El Ministerio de Salud de la Nación está colaborando estrechamente con las autoridades sanitarias provinciales para fortalecer las medidas de prevención y monitorear la situación epidemiológica en todas las regiones afectadas”, indicaron desde la cartera.
Cuáles son las medidas de prevención contra el dengue
Disminuir las poblaciones de los mosquitos vectores es la forma más eficaz para cortar el ciclo de transmisión de las enfermedades que puedan transmitir.
En el caso del principal mosquito transmisor del dengue y otras arbovirosis, como zika y chikungunya (Aedes aegypti), la medida más importante de prevención es la eliminación de todos los criaderos de mosquitos, es decir, de todos los recipientes que contengan agua o que puedan hacerlo, tanto en el interior de las viviendas como en sus alrededores. Para ello, es importante:
Dar vuelta, tapar o resguardar los objetos útiles que se encuentran en el exterior y pueden acumular agua de lluvia o riego (baldes, palanganas, tambores, juguetes, etc.).
Cepillar, limpiar y cambiar regularmente el agua de bebederos de animales cada 2 o 3 días, cubrir y desagotar los colectores de desagües de aire acondicionado o lluvia. Cepillar o frotar las paredes internas del recipiente es fundamental para desprender los huevos de mosquitos que estén adheridos allí.
Evitar plantas en recipientes con agua o cambiarla frecuentemente (cada 2-3 días, con el mismo procedimiento que en el punto anterior).
Reemplazar el agua de las macetas o contenedores de plantas por arena, evitando que se forme un charco en la parte superior.
Rellenar los porta-macetas con arena a fin de absorber el excedente de agua de riego.
Mantener los patios y jardines desmalezados.
Destapar canaletas y desagües de lluvia.
Verter agua caliente (100°C) en las rejillas de desagüe y colocarles mallas metálicas o tela mosquitera.
Mantener tapados los tanques y recipientes (aljibes, cisternas, etc.) que se usan para recolectar y almacenar agua, evitando dejar espacios o aberturas por donde los mosquitos puedan ingresar.
Mantener limpias y cloradas las piletas de natación. Cubrirlas cuando no se utilicen.
Medidas de protección ante picaduras
Usar repelentes de acuerdo a la edad y según las recomendaciones del envase.
Utilizar ropa clara que cubra brazos y piernas, especialmente durante las actividades al aire libre.
Utilizar ahuyentadores domiciliarios de mosquitos como tabletas, aerosoles (interior) y/o espirales (exterior) de acuerdo a las recomendaciones del producto.
Colocar mosquiteros en puertas y ventanas de los hogares.
Proteger camas, cunas y cochecitos de bebés con telas mosquiteras o tules.
Las personas embarazadas deben extremar estos cuidados.
La aplicación de insecticida mediante fumigación es una medida de control de emergencia, en respuesta a la detección de casos en áreas con presencia confirmada del vector. Se aplica para cortar el ciclo de transmisión y sirve para eliminar a los mosquitos adultos, cuando entran en contacto con el insecticida en el momento que es aplicado.
No tiene poder residual y tampoco elimina las formas inmaduras del mosquito (huevos, larvas y pupas), por lo que no es suficiente para controlar estas enfermedades si no se eliminan los criaderos de nuevos mosquitos. Por lo demás, está indicada sólo ante detección de casos, en situación de brote, y bajo las indicaciones metodológicas de la normativa nacional vigente.
Síntomas del dengue
El dengue y otras arbovirosis, como zika y chikungunya, generalmente suelen tener un período de incubación entre 2 a 7 días, según el caso, y suponen la presencia de fiebre alta (mayor a 38°C) acompañada de uno o más de los siguientes síntomas:
Dolor detrás de los ojos, de cabeza, muscular y/o de articulaciones,
Náuseas y vómitos,
Cansancio intenso,
Aparición de manchas en la piel y picazón
Sangrado de mucosas (principalmente nariz y encías),
Trastornos del sensorio (ciclos de somnolencia e irritabilidad).
Ante la presencia de síntomas es fundamental no automedicarse y realizar una rápida consulta al centro de salud más cercano. Luego de haber recibido el diagnóstico, es importante seguir las indicaciones del personal de salud, tomar abundantes líquidos, hacer reposo, usar repelente y asistir a las consultas de seguimiento y control.
Si al momento de disminuir la fiebre, o en los días posteriores, alguno de los síntomas se agudiza, reaparece o se detectan síntomas nuevos (dificultad para respirar, dolor abdominal intenso, sangrado profuso de mucosas, vómitos recurrentes) es muy importante realizar una consulta médica inmediata. El tratamiento oportuno y adecuado disminuye la probabilidad de experimentar formas graves de la enfermedad.
Desde deficiencias en el saneamiento ambiental a falta de concientización en la población
Desde la División Infectología del Hospital de Clínicas de la UBA promovieron también reforzar las medidas de prevención todo el año. Afirmaron que la vacuna es un complemento de dichas medidas y no las reemplaza.
Según datos de la Organización Panamericana de la Salud, en 2023 se reportaron un total de 4.280.855 casos sospechosos de dengue en las Américas, superando las cifras del 2022 y de los últimos 5 años. Este máximo histórico se registró también en Argentina, con 135.676 casos, de los cuales 126.430 son autóctonos, y 68 personas fallecidas, de acuerdo al Ministerio de Salud.
El virus se caracteriza por producir brotes o epidemias cíclicas cada 3 a 5 años y, debido a dicho comportamiento, no se esperaría un comportamiento epidémico en el periodo actual. No obstante, médicos infectólogos del Clínicas advierten que hay subregistro de casos y los casos asintomáticos son frecuentes, por eso es necesario reforzar la concientización sobre las principales medidas para frenar su transmisión y propagación.
Según indican estos expertos, el cambio climático ha permitido que el mosquito pueda adaptarse a nuevas zonas como ocurrió, por ejemplo, en algunos países de Europa y en la Ciudad de Buenos Aires, donde hasta hace unos años no se registraban infecciones autóctonas de enfermedades transmitidas por el mosquito Aedes Aegypti.
La Dra. Mónica Foccoli, Jefa a cargo de la División Infectología del Hospital de Clínicas (MN 70.669), agregó que la propagación en Argentina “puede relacionarse con múltiples factores: deficiencias en el saneamiento ambiental (manejo de residuos sólidos y agua residual); falta de concientización en la población; campañas de prevención insuficientes y en época inadecuada, ya que “descacharrizar” debe fomentarse en época invernal para que el mosquito hembra no encuentre nichos (elementos con agua estancada) donde depositar los huevos en época de calor; circulación de más de un serotipo de dengue (si bien en nuestro país siempre predominó el DEN1, en 2023 apareció y predominó por primera vez el DEN2 y circuló con menor incidencia el DEN1 y DEN3) y desafíos en el diagnóstico clínico por los síntomas inespecíficos.
Buenos Aires, AMBA y regiones de la zona central del país
El aumento de mosquitos y de sus picaduras están generando malestar en una gran cantidad de personas en la ciudad de Buenos Aires, AMBA y regiones de la zona central del país.
Dos especialistas del CONICET, Sylvia Fischer y María Victoria Micieli, explicaron las razones de este fenómeno que está ocurriendo estos días y destacan las principales medidas de prevención y estrategias de control para hacer frente a estos insectos.
“Las especies que estamos teniendo ahora, que generan este pico de abundancia y de molestia en las personas, son especies de ‘mosquitos de inundación’. Las llamamos así porque justamente se desarrollan sus larvas en charcos o cuerpos de agua temporarios que se inundan a partir de las lluvias”, indicó Fischer, investigadora del CONICET en el Instituto de Ecología, Genética y Evolución de Buenos Aires (IEGEBA, CONICET-UBA) y en el Departamento de Ecología, Genética y Evolución de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.
Y agregó que la especie de este tipo de mosquitos, que está circulando ahora con más abundancia, producto de las lluvias, es Aedes albifasciatus, un mosquito que tiene una distribución muy amplia en Argentina, desde Tierra del Fuego hasta el norte del país.
La doctora en biología y especialista en ecología señaló que las hembras de esos mosquitos tienen el comportamiento de poner los huevos en el sustrato húmedo que posteriormente se inunda: “Entonces, en estos lugares, por la sequía previa que tuvimos se había acumulado un número grande de huevos y cuando empezó a llover de manera continua por el fenómeno meteorológico del Niño en el último mes, mes y medio, estos huevos eclosionaron todos sincrónicamente, las larvas se desarrollan simultáneamente y emergen enormes cantidades de adultos, todos al mismo tiempo. Y esto genera justamente este pico de abundancia que estamos percibiendo tan fuertemente”.
Fischer explicó que Aedes albifasciatus es un mosquito adaptado a distintas condiciones climáticas, “así que no es que ahora hay muchos porque es verano, sino que hay muchos porque las condiciones de precipitaciones acumuladas después de un periodo de sequía favorecieron que se produzca este desarrollo sincrónico”.
Victoria Micieli, investigadora del CONICET en el Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CEPAVE, CONICET- UNLP), destacó que cuando se forman charcos o cuerpos de agua, los huevos que estaban enterrados en la tierra “van a eclosionar, primero pasan por un estado de larvas y al llegar a un estado adulto, van a ir a buscar sangre para alimentarse”.
Los mosquitos de la especie Aedes albifasciatus, típicos de la región húmeda pampeana, se distinguen por su habilidad para picar a una variedad de animales, incluyendo el ganado. Esta característica se debe a su entorno natural silvestre, lo que los ha adaptado para penetrar pieles más gruesas, como las de los animales.
“Por eso percibimos que su picadura es más fuerte y nos parecen incluso más agresivos. Esto y su abundancia generan una enorme molestia y por eso los notamos mucho más”, afirmó Fischer.
En esa línea, Micieli, quien es doctora en Ciencias Naturales y especialista en entomología y sanidad ambiental, indicó que la especie Aedes albifasciatus “se comporta como un mosquito plaga, justamente por el comportamiento que tiene, tan invasivo, tan agresivo con las personas”.
Fuente: infobae