El icónico vecindario costero de Coney Island, de Brooklyn, uno de los más preciados destinos del verano para la clase trabajadora, se juega en este momento cambios en su perfil urbano. Como cualquier discusión pública de la ciudad de Nueva York, los nuevos proyectos siempre dividen y confrontan a la comunidad.
Recientemente el Concejo Municipal aprobó una rezonificación, que significa el primer gran paso para la construcción de un megaproyecto que incluye tres torres, que llevaría a esa localidad un hotel de 500 habitaciones, un centro de convenciones, locales comerciales, 1,500 puestos de estacionamiento y un casino.
Este monumental desarrollo estaría conectado con dos grandes puentes peatonales, que cruzarían la avenida Stillwell y la calle 12 oeste de ese vecindario. Es decir, justamente detrás de donde han estado instalado por cerca de un siglo, los famosos parques temáticos, que incluye el Luna Park, y el emblemático Cyclone, una montaña rusa de madera de 1927. Tambien los famosos perros calientes de Nathan’s Famous, fundado en 1916.
El ambicioso proyecto The Coney, de acuerdo con un comunicado compartido por sus promotores, crearía calles resistentes a las inundaciones y accesos peatonales alrededor de un complejo de entretenimiento y juegos de azar de $3.4 mil millones.
Esta votación de la cámara municipal, que terminó con 36 concejales a favor, 11 en contra y cuatro abstenciones, sigue a dos aprobaciones unánimes a nivel de comité la semana pasada.
“Esta votación demuestra que cuantas más personas conocen nuestro proyecto y los beneficios que traerá, más les gusta”, dijo Melissa Gliatta, directora de operaciones de Thor Equities, una de las corporaciones promotoras de esta inversión.
“Ahora estamos un paso más cerca de cumplir una promesa de transformación económica para Coney Island, que incluye la creación de miles de empleos y un fondo fiduciario comunitario de $200 millones liderado localmente”, agregó.
Otros pasos en juego
Esta aprobación de la mayoría de los legisladores locales, no garantiza automáticamente que se inicien los movimientos de tierra para erigir ‘The Coney’.
El equipo, liderado por Thor Equities sigue compitiendo por una de las tres nuevas licencias de casino en el sur del estado. La semana pasada, ocho equipos de casino, incluyendo ‘The Coney’, presentaron sus solicitudes a la Junta de Ubicación de Instalaciones de Juego del estado de Nueva York, y las decisiones finales, no se tomarán hasta finales de este año.
Mientras tanto, cada solicitud será revisada por su propio Comité Asesor Comunitario (CAC), compuesto por seis miembros designados por funcionarios electos locales.
Cada CAC celebrará al menos dos audiencias públicas y deberá realizar una votación final sobre las solicitudes antes del 30 de septiembre.
“No viene nadie”
Los grupos comunitarios y comerciales, que se oponen a este proyecto, argumentan que este gigante de entretenimiento destruirá al comercio local que apenas sobrevive de una economía de verano, traerá congestionamiento, adicciones a los juegos y destruirá el perfil del vecindario.
Para otros es tiempo de “inyectar” inversiones y miles de empleos temporales y permanentes a una localidad, que si bien conserva uno de los símbolos de entretenimiento más importantes para la clase trabajadora, todavía está tratando de sobreponerse de los efectos de la pandemia.
Como relata a El Diario, el puertorriqueño David Rodríguez, quien vive en esa localidad neoyorquina desde que tenía 15 años de edad: pasa el tiempo y el comercio luce más y más deprimido.
“Aquí quienes trabajamos, sabemos que solo tenemos el verano, para ver un poco de ingresos. Pues luego, está vacío. No viene nadie”, afirmó.
En efecto, según datos del Departamento de Planificación de la Ciudad de Nueva York, Coney Island tiene una de las tasas de pobreza más alta de Brooklyn: 30%
También se ha comprobado que exhibe una de las tasas de desempleo más altas de la ciudad, pues para sus residentes y emprendedores, hay una casi absoluta dependencia de empleos estacionales, especialmente en los sectores de turismo, entretenimiento y servicios.
Tablero dividido
La propuesta del casino y la rezonificación, han generado división entre los vecinos y emprendedores comerciales de Coney Island. En algunas vitrinas se instalaron carteles de una campaña en contra, la cual ha sido incesante en los últimos meses. Asimismo, en enero la Junta Comunitaria 13 votó abrumadoramente en contra de la rezonificación.
Además, la concejal Inna Vernikov, quien representa parte de Coney Island y Brighton Beach, votó en contra de la rezonificación.
“Debo estar en contra, ya que en los últimos meses y años, ha quedado claro que la mayoría de la comunidad no quiere un casino en Coney Island. El desarrollo económico necesita ocurrir en toda el área, pero no debe venir a expensas de la seguridad pública, ni de nuestra calidad de vida.”, declaró a medios locales.
Por su parte, el presidente del condado de Brooklyn, Antonio Reynoso, anunció su apoyo a la propuesta, pero con una larga lista de condiciones. Aunque reconoce el “potencial económico”, insiste en que cualquier proyecto debe responder directamente a las necesidades locales: mejores parques, rutas, seguridad y empleo local.
¿Un lugar especial?
Pequeños comerciantes consultados aseguran que “sin casino o con casino, sin torres o sin torres”, si no pasa algo a futuro, que le imprima algo de dinamismo económico a ese sector, no proyectan una larga vida comercial.
“Fíjate este año el verano empezó, pero nuestras ventas no. Obviamente uno no se imagina que si viene un complejo grandote, como el que nos han mostrado, nos van a querer sacar de aquí. Eso no está planteado. Yo en lo personal lo veo beneficioso. Te invito a que vengas para acá un día en la noche, puros borrachos y desamparados alrededor de la estación del Subway”, refirió un comerciante dominicano de la calle 12 y la Avenida Stillwell, precisamente el eje en donde se levantaría este megaproyecto.
Mientras tanto, organizaciones que se han agrupado contra el proyecto, continúan con sus campañas digitales. Y anuncian que no se detendrán.
El movimiento denominado informalmente “Salvemos a Coney Island”, el cual está respaldado por Luna Park, expresó en un comunicado que la aprobación de este desarrollo, representa no solo una pérdida de terrenos, sino una profunda amenaza a un legado compartido de equidad, inclusión e imaginación de esa área histórica.
“La abrumadora oposición local, refleja una comprensión profunda y basada en principios, de lo que está en juego, y la determinación de preservar un Coney Island que sirva a la mayoría, no a unos pocos”, destacan.
El argumento central de los opositores, es que un casino no es una “adición neutral, ni benigna a un vecindario”. Aseguran que trae consigo un aumento, bien documentado de las adicciones, la inestabilidad económica y el daño social, especialmente para los más vulnerables.
Por el contrario, los promotores de ‘The Coney’ aseguran que han recolectado más de 10,000 firmas de apoyo al proyecto y ha recibido más de 600 cartas de apoyo de residentes locales de NYCHA.
Por su parte, el joven estudiante mexicano, Saul Pérez, quien vive en Coney Island, dice que trabaja allí en el verano de forma ocasional y en su opinión “ya no es un lugar especial, solo lo visitan ocasionalmente, si no rara vez”.
“Además, este barrio está poco urbanizado y tiene poca gente. Aunque se ha limpiado un poco, está bastante destartalado. No veo ningún problema en que se construya algo aquí. Me sorprende que alguien quiera construirlo, ya que está lejísimo de todo. Se tarda más de una hora en llegar desde el centro de Brooklyn, a menos que tengas suerte y consigas un tren exprés”.
Caso Queens
La discusión y las argumentaciones positivas y negativas, sobre los efectos de un centro de juegos en un vecindario de la Gran Manzana, no es un hecho aislado. Lo mismo se ha replicado en otros vecindarios, en donde para este año, se deberán tomar decisiones finales sobre casinos.
Tal es el caso del megaproyecto Metropolitan Park, valorado en más de $8,000 millones, el cual avanza en los estacionamientos del Citi Field en Willets Point, Queens.
Este complejo deportivo y de entretenimiento también ha generado controversia por la inclusión de un casino. A pesar de la oposición de algunos sectores, el Senado estatal aprobó su ejecución (54-5).
El proyecto incluiría un Hard Rock Hotel and Casino, una sala de conciertos, un parque público de 10 hectáreas, un Salón de Comidas Taste of Queens, 23 empleos sindicalizados y mejoras en la estación de metro Mets-Willets Point e infraestructura local.
¿Qué traerá Coney?
‘The Coney’ presentó oficialmente sus planes a la Junta de Ubicación de Instalaciones de Juego de Nueva York. Los puntos destacados de la solicitud incluyen:
500 habitaciones tendrá el nuevo hotel.
20 restaurantes exclusivos con un total de más de 50,000 pies cuadrados
2,400 asientos y 25,000 pies cuadrados para un centro de convenciones.
1 hectárea de un nuevo espacio abierto de acceso público.
4,000 empleos sindicalizados en la construcción.
4,500 carreras permanentes bien remuneradas con preferencia de contratación local a las minorías y mujeres, que superan los requisitos locales y estatales.
$1,27 mil millones anuales, de impacto económico, de los cuales $1,13 mil millones corresponden a Brooklyn.
$300 millones en ingresos fiscales anuales, generados con impactos posteriores de $53 millones en ingresos fiscales locales y $27 millones en ingresos fiscales estatales.
$620 millones en ingresos laborales anuales totales.
$200 millones de un Fideicomiso Comunitario liderado por residentes locales y dedicado a apoyar mejoras públicas, la movilización económica y Iniciativas de participación comunitaria.
$15 millones dedicado directamente a iniciativas comunitarias, mejorando los servicios locales de policía, bomberos y servicios médicos de emergencia (EMS).
ELDIARIONY


