Durante los primeros años de vida, el desarrollo del cerebro de un bebé ocurre a una velocidad sorprendente. Este crecimiento no solo define habilidades básicas como moverse o hablar, sino que también sienta las bases para su aprendizaje, salud emocional y bienestar a largo plazo.
Comprender cómo crece el cerebro de un bebé en los primeros años de vida permite a madres, padres y cuidadores intervenir a tiempo y apoyar al máximo su potencial.
¿Cómo crece el cerebro de un bebé y por qué es tan importante?
De acuerdo con una publicación de HealthDay News, los primeros dos años de vida son clave en el desarrollo cerebral, ya que en este periodo se establecen conexiones fundamentales que impactan directamente en el comportamiento, la salud y el aprendizaje futuros del niño.
El doctor Wei Gao, director de Investigación de Neuroimágenes en Cedars-Sinai, explicó que el cerebro no se desarrolla al azar. Primero se activan las áreas que controlan el movimiento y los sentidos, y después se fortalecen las habilidades sociales y emocionales.
“Durante el primer año es fundamental prestar especial atención al desarrollo socioemocional del bebé”, afirmó Gao. “Es importante brindarle apoyo sensible para que desarrolle un apego seguro con usted como cuidador. Esto repercute a largo plazo en sus logros y calidad de vida posteriores”.
El ambiente familiar y el apego seguro: esenciales para un cerebro sano
Saber cómo crece el cerebro de un bebé en los primeros años de vida también implica mirar hacia afuera, es decir, al entorno donde se desarrolla.
Las experiencias diarias, los vínculos afectivos y hasta la salud materna durante el embarazo influyen en la estructura y función del cerebro infantil.
El equipo liderado por Gao creó uno de los primeros mapas que muestran cómo se conectan distintas regiones del cerebro durante la infancia. Con ello, buscan entender mejor cómo influyen factores externos como el ambiente familiar, la genética e incluso la exposición prenatal a sustancias.
La doctora Jane Tavyev Asher, directora de Neurología Pediátrica en Cedars-Sinai Guerin Children’s, ha señalado la importancia de las interacciones reales en estos primeros años.
Advirtió que el uso excesivo de pantallas puede afectar negativamente el desarrollo. “El cerebro desarrolla sus patrones de comunicación durante los primeros años de vida, por lo que se le está enseñando exactamente lo que necesita para el futuro”, explicó.
“Si se expone el cerebro a una pantalla, este cree que necesita prestar atención a estas imágenes que cambian rápidamente, pero no a las cosas más lentas del mundo real”.
Pantallas, estimulación y aprendizaje: ¿cómo afecta la tecnología?
Uno de los hallazgos más claros en torno a cómo crece el cerebro de un bebé en los primeros años de vida es que el uso excesivo de pantallas, como tabletas o televisión, puede afectar el desarrollo cognitivo.
Tavyev Asher señaló que este tipo de estímulos impide que los niños se concentren en tareas reales, lo que puede perjudicar el aprendizaje posterior, especialmente al leer o escribir.
Por eso, los expertos recomiendan fomentar interacciones cara a cara, hablarle al bebé, cantar, jugar y permitir que explore su entorno. Estas experiencias estimulan su cerebro y ayudan a formar conexiones esenciales.
La genética también influye en el desarrollo cerebral
Además del entorno, la genética tiene un papel clave en cómo crece el cerebro de un bebé en los primeros años de vida. SEGUIR LEYENDO